Page 48 - Reflexiones sobre San Jose
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han transmitido oralmente en la vida de la Congregación,   y cuando  se presentaban  los inevitables  problemas  de
        siendo recordadas con ocasión de las fiestas de san José.   celos, envidia, fastidio se acudía al Superior.
        Los temas relacionados con la vida fraterna se tomaban
        con ocasión de la Fiesta del Desposorio.              Con relación a nuestra vida de hoy, debemos reconocer
                                                              que la vida comunitaria de un tiempo era más sencilla, de
        Hay que recordar che  la  noción  de vida  fraterna en   una simplicidad que hemos perdido sin poder reemplazarla
        comunidad todavía no se había desarrollado en la teología   por algo semejante.  Pero no nos hemos permitido
        de la Vida Religiosa y los principios de la vida comunitaria   ser ingenuos al punto de encerrarnos  en un pasado
        tan solo era un manual de buenos modales, vividos como   inamovible. Pensar en la Fiesta de los Santos Esposos
        ejercicios  de virtudes (la prudencia, la abnegación, la   en el año dedicado a san José nos obliga a considerar
        obediencia, y sobre todo caridad).                    nuestra vida comunitaria  en el actual  contexto  social  y
                                                              eclesial.  No  podemos pretender continuar a vivir como
        En lo referente al trato con los compañeros, el Manual de   si no tuviera influencia en nuestra vida, mucho más de
        Piedad de los  Carísimos  decía: “evita ser soberbio,  las   cuanto pudiera tenerla sobre las generaciones pasadas,
        bromas pesadas, los apodos, las palabras hirientes, las   incidencia personalidades como Marx, Freud, Nietzsche,
        venganzas, las murmuraciones. Debes evitar toda pelea,   Foucault...y acontecimientos como el Concilio Vaticano II
        toda discusión exagerada,  toda forma de altercado…”    con las diferentes reacciones que se desencadenaron y
        Se comprende entonces  la famosa frase de san Juan    las denuncias, en nuestro tiempo, de abusos de poder etc.
        Berchmans, patrono de nuestros novicios: “Para mí la vida
        común es la penitencia más ardua”.


        El peso del orden jerárquico, que daba a los superiores la
        autoridad de un abad en los campos de la obediencia, fue
        compensado por el llamado “espíritu de familia”, un tema
        que a su debido tiempo merecerá una reflexión a parte.
        Por ahora, basta recordar que la misión de los superiores
        de la época como el verdadero ejercicio de una paternidad
        que era tanto más auténtica, cuanto más se extendía a
        los más pequeños detalles de la vida de los religiosos que
        se les había confiado. Y, en cambio, los religiosos eran
        tanta más perfectos, cuanto más mansamente se dejaban
        guiar en todo y en todo por la voluntad de los superiores,
        porque  representaba  la voluntad  de Dios en todas  las
        circunstancias.  Se inculcaba la oboedientia perinde ac
        cadáver, debida  al  superior que decía  que  mandaba
        “auctoritas qua fungor” . Las decisiones siempre venían
        desde arriba, sin la participación de la base. Sobre esto, la
        frase del P. Cortona sobre la obediencia es ilustrativa: “no
        pedir nada, no rechazar nada”.

        Después había también las relaciones entre los miembros
        de la comunidad, reguladas  como  hemos  dicho  por los
        buenos modales, y no raramente daba origen a verdaderas
        amistades, con un fuerte tinte espiritual, buscando de evitar
        las execrables “amistades  particulares”,  consideradas
        como  una  desviación  peligrosa.  Podemos  decir  que
        normalmente los miembros de una comunidad se querían,


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