Page 90 - Reflexiones sobre San Jose
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María y José, ante todo, han “custodiado” a Jesús . peligro Su presencia: cuidando nuestra mirada, nuestros
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También nosotras, de manera especial como consagradas, oídos, nuestros sentidos, nuestro corazón, nuestros
estamos llamadas a custodiarlo. María y José reconocieron sentimientos y afectos. Manteniéndonos en un estado
en el Señor su mayor bien y, como cualquier buen padre de gracia y evitando todo aquello que el secularismo y la
estaría dispuesto a hacerlo, habrían dado sus vidas para mundanidad ponen en contraste con la pureza del corazón
proteger a Jesús. También a nosotras se nos ha dado este y del cuerpo. Esta es la primera forma en que las Oblatas
Bien, que consideramos el bien más precioso, el bien para de San José, llamadas a ser para él la Casa de Nazaret,
ser custodiado a costa de nuestra propia vida. ¿Y cómo cuidamos de manera personal los intereses de Jesús.
custodiamos a Jesús? Cada uno de nosotras está llamado
personalmente a cuidarlo, manteniendo viva su presencia De manera comunitaria, es decir la casa de Nazaret no solo
divina en el propio corazón y en la propia vida. Cada uno el templo de nuestro corazón, sino también la comunidad,
de nosotras está llamada a vivir una relación personal y la custodia de Jesús consiste en garantizarle un ambiente
continua con el Señor ,alejando todo aquello que ponga en donde dichos valores puedan mantenerse y crecer, a través
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de la oración comunitaria atenta y ferviente, distribuida con
7 Cfr. MARELLO GIUSEPPE, Lett. 76 del 25 ott. 1872. diligencia en el horario diario, una vida fraterna vivida en
8 Art. 14: “Para realizar el voto de Castidad en una vida virginal con
Cristo, la Oblata de San José vive en íntimo contacto personal con un ambiente sereno y cordial, en un apostolado que se
Él. Por lo tanto ella dispone su corazón para que ame a los demás dirija hacia todos los que encontramos indistintamente,
como los ama Cristo, se abre a las necesidades de la Iglesia y a niños, adultos, italianos, inmigrantes, pobres, ricos,
los sufrimientos del mundo; se convierte en signo de la vida futura cristianos, musulmanes, como María y José que se
y es testimonio del Reino de Dios en la tierra; Art. 16 “La Castidad
consagradaes un don total y libre de sí mismos a Dios por medio de que tal estado de vida, que afecta las inclinaciones más profundas
la Iglesia; «así se realizan de un modo muy especial sea la dignidad de la naturaleza humana, sea posible y gozosa es que se realice la
como la vocación de la mujer» (MD.20). La primera condición para íntima familiaridad con Dios y la personal amistad con Cristo.”
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