Page 96 - Reflexiones sobre San Jose
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determinación que podemos imaginar cómo características José decide entregar su vida en las manos de Dios para
típicas de un joven de su edad, locamente enamorado de dejarse forjar por él, tomando todos los acontecimientos,
su mujer, además hombre de fe y “justo”, disponible a que de allí en adelante habrían marcado su existencia,
inclinar la cabeza para que la voluntad de Dios tomase como oportunidad para crecer, madurar y transformarse.
forma y realidad en su vida de cada día. Incluso las renuncias, las adversidades, los peligros,
y los trastornos espirituales resultan para él ocasión de
El relato evangélico de Mateo nos presenta un hombre crecimiento. Y esto no solamente al inicio de su camino
adulto en la fe, en quien la dinamicidad activa no contrasta vocacional, sino por toda su vida.
en nada con su intensa vida interior; al contrario, justo
de ahí toma fuerza y esperanza para buscar y “hacer” la En este proceso de docibilitas, José se involucra
voluntad de Dios y ser así merecidamente asociado a la activamente y responsablemente: él es el verdadero
categoría de los “justos” del Antiguo Testamento. protagonista del cambio, porque presta atención en
cada evento que puede resultar formativo, realiza su
La oblatividad de San José, su “presentarse delante de discernimiento (“mientras lo estaba pensando” - Mt 1,20)
Dios” ofreciendo todo de sí mismo, no es atribuible solo y, aunque en la obediencia total a la Voz de Dios, decide
a una “docilitas” (docilidad) básica, que corre el riesgo de de “hacer” (fecit) la Voluntad de Dios.
presentarnos a un hombre pasivo de frente al proyecto
de Dios. Más bien podemos hablar de una “docibilitas” El ser “oblato” para San José describe no tanto su renuncia
que podría ser traducida con “enseñabilidad” o como a seguir sus propios proyectos, sino su profunda libertad
disponibilidad y libertad del sujeto a dejarse instruir, interior en el dejarse “instruir” por cualquier fragmento
educar o formar/transformar la vida por los demás, por de verdad y belleza que le rodea, en las cosas o en las
cada situación existencial, como si tuviera que “aprender personas, confiando totalmente del proyecto de felicidad
la vida” y aprender a hacerlo para siempre, por toda la que le ofrece Dios: “en tu voluntad está mi alegría…grande
vida . paz para quien ama tu ley” (Salmo 118).
1
1 cfr. A. CENCINI, L’Ora di Dio, La Crisi nella Vita Credente, Bologna,
EDB, 2010.
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